como regatear en el extranjero

Cómo regatear cuando estás de viaje en el extranjero

A algunos les apasiona. Otros lo odian. Sin embargo, tan mal visto es regatear en Occidente como no hacerlo en otros lugares del mundo. Hay algunos artículos sobre el regateo ahí fuera, algunos de ellos muy buenos. Sin embargo, este artículo pretende ser más directo y a la vez más amplio en cuanto al enfoque. Entender cómo regatear cuando viajas al extranjero es una parte clave de tu aventura, y voy a explicarte técnicas de regateo simples y concisas para que te resulte más fácil conseguir los precios que deseas.

 

Conoce la cultura del país a donde viajas

Cierto es que me he cruzado con alguna conversación donde alguien intenta regatear un brick de leche en el supermercado local. A pesar de ello, entendemos que en la cultura occidental, salvo en tratos de negocios, el regateo no se contempla. Por contra, el regateo es una realidad muy habitual en la mayoría de culturas de Asia, muchas de Africa y unas cuantas de Sudamérica. Así pues, lo primero es informarse de si el país admite regateo o no, y en qué situaciones.

Lo segundo es enterarte de la facilidad con que se intenta timar al extranjero con precios desorbitados, que nada tienen que ver con el regateo. Generalmente, países muy pobres con el turismo como gran fuente de ingresos tienden a pecar en este sentido. Incluso dentro de estos países, la situación no será la misma en la plaza central de la capital que en un pueblecito poco turístico en las montañas. Haz los deberes 🙂

 

Entérate del precio del artículo / servicio

El primer paso para poder regatear (o no tener que hacerlo) es tratar de enterarse de cual es el precio del artículo en cuestión. Muchas veces resulta complejo, pero si tienes a gente local a mano es útil preguntar para conocerlo. En ciertos ambientes muy cerrados, descubrirás que todos están compinchados para timarte, así que ve con cuidado. Por ejemplo, en la estación de autobuses de Ghandruk en Nepal, la gente de los restaurantes te dirá que el precio del autobús es el que los del autobús se han inventado para los turistas.

Esto significa que es muy importante que las preguntas las hagas, siempre que sea posible, fuera del contexto. Si conoces a alguien local, aprovéchalo. O simplemente establece contacto con gente aleatoria de la calle. Hay una norma que no suele fallar: si se acercan a ti, quieren algo. Si te acercas tú, son inocentes. Si consigues una aproximación del precio ‘correcto’, ya tendrás mucho ganado y una buena base para negociar.

 

El desinterés, el arma más poderosa

En contra de algunas guías sobre cómo regatear, que consideran que debes mostrarte muy interesado por el producto, mi experiencia personal me lleva a pensar que es exactamente lo contrario. El desinterés será tu gran arma. Tu primer acercamiento al vendedor marcará la pauta de la negociación, y es esencial hacerlo correctamente.

Para ello, mostrar un absoluto desinterés en lo que vas a comprar es primordial. Quizás sea una talla de madera única en el mundo. Quizás sea una moqueta hecha a mano espectacular. Sea lo que sea, tú debes mirarlo como si fuera un trozo de brócoli congelado, muy parecido al resto de trozos de brócoli congelados que has visto a lo largo de tu vida. Desinterés e indiferencia harán que el vendedor sepa de antemano que no va a poder jugar con tu ilusión ni capricho. Si lo compras, bien. Sino, también, pues no te hace ninguna falta.

Esto se aplica también a las prisas. Aunque estés desesperado porque vas a perder un tren, si quien está al otro lado nota tu tensión y tu prisa lo vas a pagar caro. Piensa que la gente que vende en la calle se dedica profesionalmente a ello, así que tienen las de ganar. Solo aparentando paz, sosiego e indiferencia conseguirás que entiendan que no eres un turista más, sino alguien con quien van a tener que negociar un precio justo.

 

Cómo regatear: precio estimable / competencia

Una vez realizado el teatro de desinterés y mostrar dudas incluso sobre si te interesa conocer el precio, llega el momento de entrar al trapo. Aquí hay 2 métodos posibles, según si el precio es más o menos estimable o no y según la competencia visible. Un precio estimable sería el de un trayecto de taxi en una estación, por ejemplo. Un precio no estimable sería el de un artículo hecho a mano, único, en una tienda aislada.

Si el precio es estimable y/o hay más o menos competencia visible, quítale el 20 – 30% del valor que conoces y ataca directamente, no dejes que el otro tome la iniciativa. Ejemplo: «quiero un taxi al centro de Pushkar por 40 rupias». Deja que peleen un rato, que saquen una oferta por encima del precio real, y lárgate. No hagas teatro, no hace falta, lárgate de verdad. 90% de las veces oirás luego a gritos el precio justo, te girarás, le darás la mano al taxista y te subirás al vehículo.

 

Cómo regatear: precio no estimable / sin competencia

Si el precio no es estimable y/o no hay competencia en los alrededores, entonces deberás jugar más sobre seguro. Toma el precio que te da el vendedor y divídelo por 3 para presentar tu contraoferta, no sin dejar de reirte del precio que te acaban de dar. Tómatelo a cachondeo, pues probablemente el precio que te han dado es para cachondearse, no hay ofensa en ello.

Cuando el otro se ría de tu contraoferta y presente una nueva oferta, dale tú un precio equivalente a algo menos de la mitad del que él indicó inicialmente. El comerciante contraatacará con una nueva oferta mejorada, más cercana a la mitad de lo inicialmente ofertado. Este es el momento de largarte de la tienda, con paso decidido, con amabilidad, pero sin dudas. Cuando oigas los gritos del comerciante acordando un precio que ronde la mitad exacta del inicial, sabrás que ya has llegado a un pacto.

 

Consejos adicionales para regatear

Aunque esto es suficiente para saber cómo regatear en términos generales, creo que algunas técnicas y consejos adicionales pueden resultarte útiles:

A) Si estás al final de la negociación pero no consigues bajar este pequeño extra, resulta muy útil informar al vendedor de que en la tienda de al lado te lo han dejado por el precio que deseas. Dile que se lo quieres comprar a él porque te ha caído mejor, pero que no vas a pagar más por lo mismo.

B) Cierra los tratos rápido con tu actitud. Cuando presentes una oferta final, extiende ya la mano, mira a los ojos a tu interlocutor, y reafírmale de que con esto hay trato seguro. Si lo ves conveniente, muestra el dinero exacto y extiéndelo en señal de ofrena. Tener contacto visual con el dinero estimula. Si tiene la tentación de cogerlo, tienes trato. Ah, y cuenta bien antes de extenderlo…

C) Empatiza. Bromea. Pregúntale para qué quiere tanto dinero, que si tanta ropa necesita su mujer. Hazle cualquier recomendación tonta sobre su negocio. Tienes probabilidades de mejorar el precio si le caes bien.

D) Sé duro pero sonríe. Muéstrate confiado pero no vayas de superior. Simplemente disfruta del encuentro, tómatelo como un juego, el juego del regateo, casi tan viejo como la civilización humana.

 

Cómo regatear evitando engaños

Como he comentado, a veces más que un regateo lo que hay es un timo potencial. Estas situaciones son muy frecuentes en el sector de transporte en ciertos países del tercer mundo, tanto a nivel público como privado. Lo más importante es mostrar mucha seguridad en uno mismo y hacer mucho teatro del bueno.

Con el tiempo me he dado cuenta de que en ciertas ocasiones lo que más preocupa a quien te está intentando timar es que otros extranjeros puedan darse cuenta y acabe teniendo un ‘marrón’ importante, con todo el mundo reclamando dinero.

Así pues, la mejor forma de conseguir lo que quieres es, en estos casos, lo que llamo la ‘Actitud Mafiosa’. No se trata de que ganes la batalla, sino de que te unas a su bando. A ti te parece fenomenal que timen a todos los extranjeros, que para eso están, para sacarles el dinero. ¿Pero a ti? Vamos, hombre, si tú eres casi del país, es tu quinto viaje aquí, tienes muchos amigos, ya sabes como va la cosa… Además, tú le vas a guardar el secreto, es un trato entre caballeros: «me haces el precio normal y yo no digo nada. Prometido«. Y sé un caballero.

 

¿Y si no hay suerte?

A veces no basta saber cómo regatear ni seguir una técnica concreta, sino en aprender a base de pruebas. Si no consigues llegar a un trato que te parezca justo con alguien, no te preocupes. Prueba con el siguiente. Si no hay manera, puede que te estén dando ya un precio más justo de lo que piensas. En este caso, sin que ello te afecte, vuelve a la persona que te haya caído mejor, toma su mejor oferta y haz la compra.

Sea como sea, espero que te vaya genial en tus próximos regateos. Si tienes tus propios métodos sobre cómo regatear, no dudes en compartirlos en el campo de comentarios. Para cualquier otra cosa… tripperzone

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